lunes, 13 de octubre de 2008

El éxito como consecuencia

Qué hay de nuevo por aquí, como véis antes escribía diariamente pero últimamente estoy en un estado de gilipollismo, no se que me pasa pero estoy con la moral por los suelos, estoy deseando ya dejar de estudiar pero veo éste año muy laaaaaaaaaaaaaaaaaaaargo y no precisamente porque vaya a durar hasta a septiembre o al menos eso espero.
Si algo estoy haciendo últimamente en los partidos de baloncesto que veo es fijarme en el entrenador y en las tácticas y es que tengo que buscar cada vez diferentes formas de disfrutar del deporte de la canasta que no sean ver mates y jugadas espectaculares.

Pues bien os aseguro que ésta experiencia está siendo muy enriquecedora y muchas veces prefiero ver a mi equipo perder un partido que ganarlo sin ser fiel a mi filosofía.
Evidentemente en quien más me he fijado es en Luis Güil y no porque le conozca mi padre en persona sino por su actitud con los jugadores, echa broncas cuando es necesario como todo pero se respira un buen ambiente.

Otro motivo que me está enriqueciendo es que se aprende mucho baloncesto viendo poner en práctica las pizarras de los entrenadores y parece que TVE va mejorando sus retransmisiones permitiendolo a los entrenadores que dejan que les graben claro está.

Pues bien he dicho que prefiero perder un partido siendo fiel a mi filosofía pues sí porque con Luis Casimiro el equipo de Fuenlabrada ha vuelto a la ACB y se ha asentado dentro de lo que cabe con las limitaciones de presupuesto.
Pero había algo que no me gustaba. Tácticamente era tremendo y el equipo ganaba muchos partidos gracias a él porque es un gran estratega sobre todo me encantaban las defensas dobles sobre el juego interior rival y como se asfixiaba a jugadores como Scola, Felipe Reyes y Marc Gasol, y es que se ha conseguido ganar a grandes equipos gracias a éstas defensas y a su defensa en zona que secaba a los tiradores.

Pues eso que ya suelto lo que quiero decir necesitaba una pequeña introducción. Ayer el equipo perdió contra el Gran Canaria y enhorabuena a ellos que nunca se rinideron y Salva desde el banquillo le ganó la partida a Luis Güil. Con Casimiro eso no hubiera pasado porque en primer lugar hubiera sentado a Saúl Blanco y P. J Ramos por perder balones importantes por falta de intensidad y por experiencia en el banquillo evidentemente.
Salva es muy buen entrenador y hizo un gran marcaje a Oleson y viendo que P. J ni Bueno defendían con intensidad, balones a Savané y aprovechando su movilidad ganaron el partido y la dirección de Mario en los últimos compases enorme como siempre (cuanto me gusta éste jugador).

¿Que hubiera sido mejor que estuvieran Saúl Blanco y P. J en el ostracismo todo el partido por 2 malas acciones?
Con Casimiro eso pasaba y en parte está bien, hay que saber rotar banquillo pero prefiero un equipo en el que sumen todos que no otro en el que juegan los 5 titulares y 2 o 3 suplentes y el resto apenas juega como pasaba con Casimiro.
El equipo llegaba asfixiado al final de temporada.

Ésto sobre todo pienso que debería aplicarse a las categorías inferiores. Está bien que a los chavales se les enseñe a defender, pero que disfruten jugando al baloncesto, que jueguen todos que ya habrá tiempo de ganarse la vida si algún día llegan a ser profesionales.
Es que odio ver a entrenadores de categorías inferiores así, y sufrí a uno un verano que estuve en un Campus.
Como persona era increíble (incluso me regaló una camiseta) pero como entrenador no me gustaba nada, estaba más pendiente de conseguir victorias que de nuestra evolución como jugadores.
Es importante ganar pero en los equipos filiales en mi opinión la meta es formar a jugadores y si el éxito llega como consecuencia significará que se está haciendo un buen trabajo.
Es que me pone enfermo por ejemplo ver al Qalat Cajasol fichando veteranos para mantener al filial.

Me contó un chaval de Granada que la progresión de gente como Pablo Aguilar, Jorge Fernández u Orlando Camín ha sido gracias a ella y que cuando suben de categoría hay un entrenador del estilo de los que he comentado.
Lástima que todavía haya machismo en el deporte porque gente como ella debería estar entrenando a gente de mayor nivel.

Y es que ojalá se acaben los Duskos Ivanovics y Bozidars Maljkovics y tengamos entrenadores que pidan intensidad en cada momento pero con los cuáles se sienta importante cada jugador y veamos que es una persona y no una ficha de ajedrez como parece con Ivanovic, y no me refiero a la anécdota de que Tomasevic tuvo que mear en una botella...


Gracias Aíto.

No hay comentarios: