Retirada a lo Jordan... o a lo Herreros

Al fin lo conseguí, ya soy cinturón marrón de Karate. Quizá no fue mi mejor examen pero hice justo lo que mi maestro quería que hiciese, a lo mejor no tan bien la técnica pero salir con más garra y así fue. Yo creo que se me oyó gritar en todo el pabellón y es que por fin salí ahí tranquilo, era mi último día y salí a disfrutar del Karate y eso hice.
Entre unas cosas y otras nunca he acabado dejando el Karate, mi continuidad nunca ha sido clara pero entre unas cosas y otras he estado 8 años practicando este arte marcial.
Todo empezó con 12 años cuando fuí a la típica revisión para una vacuna en verano y me dijeron que necesitaba hacer deporte porque había dejado de ser el típico palillo que era de pequeño y si no hacía deporte y no comía fruta podría tener sobrepeso.
No sabía que deporte hacer porque no me apetecía las mañanas de los sábados levantarme a jugar al fútbol o al baloncesto así que mi madre dijo que como mi tío llegó al cinturón marrón de karate y tenía kimono y todos los cinturones y encima tenía ese conocimiento pues que me apuntaba sí o sí porque yo no estaba por la labor de elegir.
Ahí fuí el primer día sin ganas. Pero cuando entré siempre imaginé que era un deporte de darse leña continuamente pero no era así, desde el primer momento me encantó la técnica individual que es a lo que me he dedicado porque para combatir hay otros deportes donde se hace mejor.
Los resultados fueron increíbles y es que con 14 años ya mediría casi 1,70 y aunque no haya crecido mucho más está claro que en este deporte estimulaba todas las articulaciones y era lo que necesitaba para el crecimiento.
Pensé dejarlo varias veces porque ya no me hacía falta hacer deporte y entre que me iba en bici con mis amigos, jugaba al fútbol en el barrio o al baloncesto en el instituto no me hacía falta pero iba pasando de medio en medio cinturón y poco a poco veía que mejoraba y me iba motivando.
En estos 8 años, las tardes de martes y jueves han sido increíbles, me lo he pasado muy bien con mi maestro (un cachondo), he conocido gente que verdaderamente ha merecido la pena y he disfrutado haciendo un deporte que en ningún momento ni he seguido por televisión ni me ha interesado pero bueno cuando lo realizo me gusta.
Quizá el combate me gusta menos y no me he llevado ninguna paliza pero es que me da rabia tener que depurar tanto la técnica en el combate cuando realmente sé como defenderme.
Pero bueno entre unas cosas y otras he ido llegando hasta ayer que conseguí el cinturón marrón, quizá el esfuerzo no ha sido el máximo pero no ha ido más allá de ir cada tarde de martes y jueves 45 minutos a darlo todo.
Empecé en el colegio, luego en el instituto y acabo como universitario cuando ha sido más importante para mí.
Lo que me gusta del Karate es que está pensado como una defensa y no como el boxeo que la gente se flipa mucho pero el Karate nunca se podrá utilizar para atacar siempre como defensa.
Como me dijo mi maestro una vez cuando me veía un poco flojo: "Eres muy buena persona pero si te sabes defender realizando Karate serás mucho mejor".
Digamos que ésta frase puede resumir estos 8 años.
Como ya comenté el viernes pasado, el Karate no es lo mío pero con esfuerzo he llegado al cinturón marrón nadie lo imaginaría, ni yo pero lo conseguí.
¿Cinturón negro? Ahora toca explicar el significado del título. Jordan se retiró del baloncesto para jugar al béisbol pero no dijo que volvería explícitamente pero al final ganó algún anillo más.
Por otro lado el último día de Herreros jugando al baloncesto metió su última canasta, un triple que le dió la liga.
Mis últimos movimientos de Karate en el Tatami (no se si se escribe así) han sido los que me han llevado a aprobar.
Volveré... no lo creo pero nunca olvidaré estos años.